¿Te gustaría convertir tus residuos orgánicos en abono natural para tus plantas? ¿Quieres contribuir a cuidar el medio ambiente y reducir la cantidad de basura que generas? Si la respuesta es sí, entonces te interesa saber cómo producir abono casero en forma de compost.
¿Cómo hacer compost en casa?
Hacer compost casero es muy fácil y económico. Solo necesitas un espacio como un patio, un jardín, un balcón e incluso un interior; solo depende de tener el recipiente adecuado o la compostera correcta que mejor se adapte a tus necesidades. Si cuentas con un patio, también puedes hacer compost en un montón sobre el suelo, pero es menos recomendable porque puede atraer plagas y malos olores. Hacer compostaje casero es una forma de reciclar tus residuos orgánicos, como restos de cocina, frutas, verduras, cáscaras, hojas, césped, etc., y de obtener un abono de calidad para tu huerto o jardín.
El compost es un abono natural que puedes hacer en casa con tus residuos orgánicos. Pero, ¿sabes cómo se hace y qué se necesita? En este artículo te lo contamos todo, para que puedas hacer tu propio compost y disfrutar de sus beneficios. ¡Sigue leyendo y te lo mostramos!
Consejos para hacer compostaje casero
Hacer compost en casa es fácil y divertido, pero también requiere de ciertos cuidados y conocimientos. Para que el proceso de compostaje sea exitoso, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
Equipos necesarios para elaborar compost
Para hacer compost en casa, el equipo principal que necesitas es una compostera, que es un recipiente donde se alojan los microorganismos y el material orgánico. Existen diferentes tipos de composteras, según el espacio, la cantidad y el tipo de material que quieras compostar. Algunos de los tipos de composteras que puedes usar son:
- Compostera de madera: es una compostera que se fabrica con tablas o listones de madera, que se ensamblan para formar una estructura con forma de caja o de pirámide. La compostera de madera tiene la ventaja de que es fácil de hacer y de adaptar al espacio disponible, y que permite una buena aireación y drenaje del material. La compostera de madera es ideal para compostar grandes cantidades de material orgánico, como restos de poda, hojas, césped, etc.
- Compostera de plástico: es una compostera que se fabrica con plástico reciclado, que se moldea para formar un recipiente con forma de cubo, de cilindro o de cono. La compostera de plástico tiene la ventaja de que es ligera, resistente y fácil de montar y de limpiar, y que protege el material de las inclemencias del tiempo y de los animales. La compostera de plástico es ideal para compostar pequeñas o medianas cantidades de material orgánico, como restos de cocina, frutas, verduras, cáscaras, etc.
- Compostera giratoria: es una compostera que se fabrica con plástico o metal, que se moldea para formar un tambor o una esfera que gira sobre un eje o una base. La compostera giratoria tiene la ventaja de que es cómoda, rápida y eficiente, y que permite una buena mezcla y aireación del material. La compostera giratoria es ideal para compostar pequeñas cantidades de material orgánico, como restos de cocina, frutas, verduras, cáscaras, etc.
- Vermicompostera: es una compostera que se fabrica con plástico o madera, que se divide en varios compartimentos o bandejas que se apilan unas sobre otras. La vermicompostera tiene la ventaja de que usa lombrices que se encargan de descomponer la materia orgánica y de producir un humus de alta calidad. Este compostero es ideal para compostar pequeñas cantidades de material orgánico, como restos de cocina, frutas, verduras, cáscaras, etc.
Además de una compostera, también puedes usar otros equipos que te faciliten el compostaje, como:
- Aireadores: son herramientas que se usan para remover y oxigenar el material orgánico que se encuentra en la compostera. Los aireadores pueden ser de diferentes formas y tamaños, como palas, horquillas, varillas, etc. Los aireadores tienen la ventaja de que facilitan la mezcla y la aireación del material, lo que favorece la actividad de los microorganismos y la descomposición de la materia orgánica. Los aireadores se deben usar con frecuencia, al menos una vez por semana, para evitar que el material se apelmace o se pudra.
- Termómetros: son instrumentos que se usan para medir la temperatura del material orgánico que se encuentra en la compostera. Los termómetros pueden ser de diferentes tipos, como digitales, analógicos, de sonda, etc. Los termómetros tienen la ventaja de que permiten controlar la temperatura del material, lo que es importante para el proceso de compostaje. La temperatura ideal para el compostaje es entre 40 y 60 ºC, ya que es la que favorece la actividad de los microorganismos y la descomposición de la materia orgánica. Los termómetros se deben usar con regularidad, al menos una vez por semana, para verificar que la temperatura sea la adecuada.
- Tamices: son dispositivos que se usan para separar el compost maduro del material orgánico que aún no se ha descompuesto. Los tamices pueden ser de diferentes formas y tamaños, como cestas, rejillas, mallas, etc. Los tamices tienen la ventaja de que permiten obtener un compost de calidad, sin restos de material orgánico o de cama que no se hayan descompuesto del todo. Los tamices se deben usar cuando el compost esté listo para cosechar, lo que puede variar según el tipo de material y el sistema de compostaje.
Características
¿Qué tiene el compost casero que lo hace tan especial? Conoce todas sus propiedades diferenciadoras y lo que hay que tener en cuenta a la hora del compostaje casero.
Condiciones aeróbicas del compost
El aireamiento del compost es el proceso de proporcionar oxígeno al material orgánico que se encuentra en la compostera, para que los microorganismos puedan respirar y realizar su función de descomponer la materia orgánica. La aireación del compost es fundamental para el proceso de compostaje, ya que influye en la velocidad, la calidad y el olor del compost.
El aireamiento del compost se puede realizar de diferentes formas, como:
- Remover el material orgánico con un aireador, una pala o una horquilla, para mezclarlo y oxigenarlo. Esta es la forma más sencilla y común de airear el compost, y se debe hacer con frecuencia, al menos una vez por semana, para evitar que el material se apelmace o se pudra.
- Girar el tambor o la esfera de la compostera giratoria, para mezclar y oxigenar el material. Esta es la forma más cómoda y rápida de airear el compost, y se debe hacer con regularidad, al menos una vez al día, para mantener el material en movimiento y en contacto con el aire.
- Trasladar el material orgánico de un recipiente a otro, para mezclarlo y oxigenarlo. Esta es la forma más laboriosa y lenta de airear el compost, y se debe hacer con cuidado, para no perder el material o las lombrices. Esta forma de airear el compost se suele usar cuando se cambia el material de un sistema de compostaje a otro, o cuando se cosecha el compost.
El aireamiento permite mantener unas condiciones aeróbicas en el material orgánico, es decir, unas condiciones en las que hay suficiente oxígeno para que los microorganismos puedan respirar y descomponerse.
Humedad
La humedad es el grado de agua que tiene el material orgánico que se encuentra en la compostera. Esta es importante para el proceso de compostaje, ya que influye en la actividad de los microorganismos y en la descomposición de la materia orgánica.
La humedad ideal para el compostaje es entre el 40 y el 60%, lo que equivale a la consistencia de una esponja exprimida. Si el material está demasiado seco, los microorganismos no podrán respirar ni descomponer la materia orgánica. Si el material está demasiado húmedo, los microorganismos se ahogarán y se producirán malos olores y podredumbre.
La humedad del compost se puede regular de diferentes formas, como:
Añadir agua al material orgánico, si está demasiado seco. Se puede usar una regadera, una manguera o un pulverizador, para humedecer el material sin encharcarlo. Se debe hacer con cuidado, para no alterar la estructura y la aireación del material.
Añadir material seco al material orgánico, si está demasiado húmedo. Se puede usar papel, cartón, hojas secas, paja, etc., para absorber el exceso de agua y equilibrar la humedad del material. Se debe hacer con frecuencia, para evitar que el material se pudra o se acidifique.
Cubrir la compostera con una tapa, un plástico o una lona, si llueve mucho o hace mucho calor. Esto evitará que el material se moje demasiado o se seque demasiado, y que pierda temperatura o nutrientes. Se debe dejar un espacio para que el material respire y no se asfixie.
Materiales para hacer compost: qué son, qué tipos hay y cómo combinarlos
Los ingredientes para hacer un buen compost son los residuos orgánicos que se pueden compostar, es decir, que se pueden descomponer por la acción de los microorganismos. Los residuos orgánicos se pueden clasificar en dos tipos, según su composición y su función en el compostaje:
Residuos verdes: son los residuos orgánicos que tienen un alto contenido en nitrógeno, como restos de cocina, frutas, verduras, cáscaras, posos de café, té, etc. Los residuos verdes aportan nutrientes y humedad al compost, y favorecen la actividad de los microorganismos y la descomposición de la materia orgánica.
Residuos marrones: son los residuos orgánicos que tienen un alto contenido en carbono, como papel, cartón, hojas secas, paja, serrín, etc. Los residuos marrones aportan estructura y aireación al compost, y equilibran la humedad y el pH del material.
Para hacer un buen compost, se debe mantener una proporción adecuada entre los residuos verdes y los residuos marrones, que se suele estimar en 2 partes de residuos verdes por 1 parte de residuos marrones. Esta proporción permite obtener un compost equilibrado, rico y homogéneo.
Residuos aptos para el compost y residuos que es mejor evitar
No todos los residuos orgánicos se pueden compostar, ya que algunos pueden causar problemas o riesgos para el proceso y el resultado del compostaje. Algunos de los residuos que no se deben compostar son:
- Cítricos, ajo, cebolla, picante, vinagre, etc.: son residuos que tienen un alto contenido en ácidos, que pueden acidificar el compost y dificultar la actividad de los microorganismos. Además, pueden atraer insectos y plagas, y generar malos olores.
- Lácteos, carnes, pescados, huesos, grasas, aceites, salsas, etc.: son residuos que tienen un alto contenido en proteínas y grasas, que pueden ranciarse y pudrirse en el compost. Además, pueden atraer animales y parásitos, y generar malos olores y enfermedades.
- Excrementos de animales domésticos, como perros, gatos, pájaros, etc.: son residuos que pueden contener parásitos, bacterias, virus u hongos, que pueden transmitir enfermedades al compost y a las plantas. Además, pueden generar malos olores y atraer insectos y plagas.
- Plantas enfermas, con plagas o con semillas: son residuos que pueden contaminar el compost y las plantas con enfermedades, plagas o semillas indeseadas. Además, pueden alterar el equilibrio y la calidad del compost.
- Productos químicos, como pesticidas, herbicidas, fungicidas, medicamentos, etc.: son residuos que pueden dañar o matar a los microorganismos que realizan el compostaje, y que pueden contaminar el compost y las plantas con sustancias tóxicas o nocivas.
Sistemas de compostaje
Los sistemas de compostaje son las formas o los métodos que se pueden usar para hacer compost en casa, según el tipo de compostera, el tipo de material y el tipo de proceso que se emplee. Algunos de los sistemas de compostaje más comunes son:
- Compostaje en caliente: es un sistema de compostaje que se caracteriza por alcanzar altas temperaturas, entre 40°C y 60ºC, debido a la actividad de los microorganismos termófilos, que descomponen rápidamente la materia orgánica. El compostaje en caliente requiere de una buena aireación, una buena humedad y una buena mezcla de materiales. El compostaje en caliente tiene la ventaja de que produce un compost de alta calidad, que elimina las semillas, las plagas y las enfermedades. El compostaje en caliente tiene el inconveniente de que requiere de más trabajo y atención. El compostaje en caliente puede durar entre 2 y 4 meses.
- Compostaje en frío: es un sistema de compostaje que se caracteriza por alcanzar bajas temperaturas, entre 10°C y 30ºC, debido a la actividad de los microorganismos mesófilos, que descomponen lentamente la materia orgánica. El compostaje en frío requiere de una menor aireación, una menor humedad y una menor mezcla de materiales. El compostaje en frío tiene la ventaja de que requiere de menos trabajo y atención. El compostaje en frío tiene el inconveniente de que produce un compost de menor calidad, que puede contener semillas, plagas y enfermedades. El compostaje en frío puede durar entre 6 y 12 meses.
- Vermicompostaje: es un sistema de compostaje que se caracteriza por usar lombrices que se alimentan de la materia orgánica y la transforman en humus, un material rico en nutrientes y microorganismos beneficiosos para el suelo y las plantas. El vermicompostaje requiere de una buena humedad, una buena temperatura y una buena alimentación de las lombrices. El vermicompostaje tiene la ventaja de que produce un humus de alta calidad, que mejora las propiedades del suelo y las plantas. El vermicompostaje tiene el inconveniente de que requiere de un cuidado especial de las lombrices, que pueden escaparse, secarse o morir. El vermicompostaje puede durar entre 3 y 6 meses.
- Sistemas abiertos: son aquellos en los que el material orgánico se encuentra al aire libre o bajo techo, lo que permite una mayor interacción con el medio ambiente. Algunos ejemplos de sistemas abiertos son la pila móvil, que se caracteriza por el volteo mecánico del material, y la pila estática, que se caracteriza por la insuflación o succión de aire.
- Sistemas cerrados: son aquellos en los que el material orgánico se encuentra dentro de un recipiente, contenedor, reactor o cualquier tipo de estructura completamente cerrada, lo que aísla el material del medio ambiente. Algunos ejemplos de sistemas cerrados son los sistemas dinámicos, que se caracterizan por el volteo del material, y los sistemas estáticos, que se caracterizan por la ausencia de volteo del material.
- Bokashi o compost japonés: es un sistema de compostaje que se caracteriza por usar microorganismos efectivos (EM) que se encargan de fermentar la materia orgánica en condiciones anaerobias, es decir, sin oxígeno. El bokashi se puede hacer en un recipiente cerrado, donde se añaden los residuos orgánicos junto con los EM, que suelen venir en forma de salvado, líquido o polvo. El bokashi tiene la ventaja de que es rápido, limpio y sin olores, y que produce un abono rico en nutrientes y microorganismos beneficiosos para el suelo y las plantas.
Localización de la compostera
La localización de la compostera es el lugar donde se coloca la compostera, y que puede influir en el proceso y el resultado del compostaje. La localización de la compostera debe cumplir con los siguientes requisitos:
- Estar en un lugar fresco, seco y sombreado, protegido de las heladas y del sol directo, que puedan afectar a la temperatura y la humedad del material.
- Estar en un lugar accesible y cómodo, que facilite el manejo y el mantenimiento de la compostera, y que permita añadir y retirar el material con facilidad.
- Estar en un lugar ventilado y drenado, que favorezca la aireación y el drenaje del material, y que evite la acumulación de agua o de gases.
- Estar en un lugar alejado de fuentes de contaminación o de molestias, como basuras, animales, ruidos, olores, etc., que puedan interferir en el proceso o el resultado del compostaje.
Cuidado y mantenimiento
El cuidado y el mantenimiento del compost son las acciones que se deben realizar para controlar y mejorar el proceso y el resultado del compostaje. El cuidado y el mantenimiento del compost incluyen las siguientes tareas:
- Airear el material orgánico con un aireador, una pala o una horquilla, para mezclarlo y oxigenarlo. Se debe hacer con frecuencia, al menos una vez por semana, para evitar que el material se apelmace o se pudra.
- Humedecer el material orgánico con agua, si está demasiado seco, o añadir material seco, si está demasiado húmedo, para equilibrar la humedad del material. Se debe hacer con cuidado, para no alterar la estructura y la aireación del material.
- Medir la temperatura del material orgánico con un termómetro, para verificar que sea la adecuada para el compostaje. Se debe hacer con regularidad, al menos una vez por semana, para controlar la actividad de los microorganismos y la descomposición de la materia orgánica.
- Añadir material orgánico por capas, alternando residuos verdes y residuos marrones, para mantener una proporción adecuada entre el nitrógeno y el carbono. Se debe hacer poco a poco, y solo cuando las lombrices hayan consumido el material anterior.
- Cubrir el material orgánico con una capa de material de cama, para evitar malos olores y moscas, y para mantener la temperatura y la humedad del material. Se debe hacer cada vez que se añada material orgánico a la compostera.
- Cubrir la compostera con una tapa, un plástico o una lona, si llueve mucho o hace mucho calor, para evitar que el material se moje demasiado o se seque demasiado, y que pierda temperatura o nutrientes. Se debe dejar un espacio para que el material respire y no se asfixie.
- Cosechar el compost cuando esté listo, lo que puede variar según el tipo de material y el sistema de compostaje. Se debe separar el compost maduro del material orgánico que aún no se ha descompuesto, y usar el compost para abonar las plantas.
Tiempos de elaboración
Los tiempos de elaboración son el tiempo que tarda el material orgánico en convertirse en compost, desde que se introduce en la compostera hasta que se cosecha el compost. Estos dependen de varios factores, como el tipo de material, el tipo de compostera, el tipo de sistema, el clima, el cuidado y el mantenimiento del compost.
Los tiempos pueden variar desde unas semanas hasta unos meses, según el grado de descomposición que se quiera conseguir. Por lo general, se considera que el compost está listo cuando tiene un aspecto homogéneo, de color oscuro, con olor a tierra y sin restos de material orgánico reconocibles.
Como resolver posibles problemas a la hora de hacer compost en casa
Aunque hacer compost en casa es fácil y divertido, a veces pueden surgir algunos problemas que pueden afectar al proceso y al resultado del compostaje. Algunos de los problemas más comunes y sus posibles soluciones son :
- Mal olor: es un problema que indica que el material orgánico se está pudriendo en lugar de compostar, debido a una falta de aireación, un exceso de humedad o un desequilibrio entre los residuos verdes y los residuos marrones. Para solucionar este problema, se debe remover el material con un aireador, una pala o una horquilla, para mezclarlo y oxigenarlo, añadir material seco, como papel, cartón, hojas secas, paja, etc., para absorber el exceso de agua, y equilibrar la proporción entre los residuos verdes y los residuos marrones, para mantener una relación adecuada entre el nitrógeno y el carbono.
- Presencia de moscas, gusanos u otros insectos: es un problema que indica que el material orgánico está expuesto o que contiene residuos que no se deben compostar, como cítricos, ajo, cebolla, lácteos, carnes, pescados, huesos, grasas, aceites, salsas, etc. Para solucionar este problema, se debe cubrir el material orgánico con una capa de material de cama, como papel, cartón, hojas secas, paja, etc., para evitar que los insectos accedan al material, y evitar añadir residuos que puedan atraer o alimentar a los insectos, y que puedan generar malos olores o enfermedades.
- Presencia de animales, como ratones, ratas, perros, gatos, pájaros, etc.: es un problema que indica que el material orgánico está expuesto o que contiene residuos que no se deben compostar, como lácteos, carnes, pescados, huesos, grasas, aceites, salsas, etc. Para solucionar este problema, se debe cubrir la compostera con una tapa, un plástico o una lona, para evitar que los animales accedan al material, y evitar añadir residuos que puedan atraer o alimentar a los animales, y que puedan generar malos olores o enfermedades.
- Material seco o sin descomponer: es un problema que indica que el material orgánico no tiene suficiente humedad o temperatura para que los microorganismos puedan descomponerlo. Para solucionar este problema, se debe humedecer el material con agua, sin encharcarlo, para mantener una humedad adecuada, y cubrir la compostera con una tapa, un plástico o una lona, para conservar el calor y la humedad del material.
- Material compactado o apelmazado: es un problema que indica que el material orgánico no tiene suficiente aireación o estructura para que los microorganismos puedan respirar y descomponerlo. Para solucionar este problema, se debe remover el material con un aireador, una pala o una horquilla, para mezclarlo y oxigenarlo, y añadir material de cama, como papel, cartón, hojas secas, paja, etc., para darle estructura y aireación al material.
Estos son algunos de los problemas más frecuentes que pueden ocurrir a la hora de hacer compost en casa, y sus posibles soluciones. Si sigues estos consejos, podrás evitar o resolver estos problemas, y conseguir un compost de calidad, rico y homogéneo.
Conclusión
Hacer compost en casa es una forma sencilla y económica de reciclar tus residuos orgánicos y obtener un abono natural para tus plantas. Solo necesitas una compostera, unos residuos orgánicos y unos conocimientos básicos sobre el proceso y el resultado del compostaje.
En este artículo, te hemos explicado todo lo que necesitas saber para hacer compost en casa, desde los consejos básicos hasta los detalles más específicos. Esperamos que te haya gustado y que te haya servido para aprender y mejorar tu experiencia con el compostaje.
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