Características del compost, ¿Qué lo hace tan especial?

El compost es un abono natural y ecológico que se obtiene a partir de la descomposición de la materia orgánica. Pero, ¿Qué tiene el compost que lo hace tan especial? ¿Qué propiedades lo diferencian de otros tipos de abonos? En este artículo, te voy a explicar las principales características de la composta, tanto desde el punto de vista físico, como químico y ecológico.

Apariencia del compost

El compost tiene un aspecto similar al de la tierra, pero con una textura más suelta y esponjosa. Su color es marrón oscuro y su olor es agradable, como el de un bosque húmedo. El compost orgánico debe estar libre de semillas, plagas y malas hierbas, y no debe contener restos de materiales que no se hayan descompuesto, como plásticos, metales o vidrios.

Propiedades del compost casero

El compostaje es una forma de reciclar los residuos orgánicos, evitando que acaben en el vertedero y generen gases de efecto invernadero, como el metano. Así, contribuyes a reducir la huella ecológica y a cuidar el planeta.

Además, el compost mejora la estructura y la calidad del suelo, al aumentar su porosidad, su capacidad de retención de agua y su actividad biológica. El compost también contiene sustancias que actúan como promotores de crecimiento, como hormonas, enzimas y ácidos húmicos, que estimulan el desarrollo de las raíces, el tallo y las hojas de las plantas.

Riqueza mineral

Una de las características más importantes del compost es su riqueza mineral. El compost contiene muchos nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, etc. Estos nutrientes provienen de los residuos orgánicos que se usan para hacer el compost, como restos de frutas, verduras, cáscaras de huevo, posos de café, papel, cartón, etc.

El compost tiene la ventaja de que libera estos nutrientes de forma lenta y gradual, lo que evita la sobrefertilización y el lavado de los mismos. Además, el compost tiene un pH neutro o ligeramente ácido, que es el más adecuado para la mayoría de las especies vegetales.

¿Qué es la sobrefertilización?

La sobrefertilización es el uso excesivo de fertilizantes en plantas y cultivos, que puede tener efectos negativos en el medio ambiente y en la salud de las plantas. Una de las consecuencias de la sobrefertilización es la acumulación de sales alrededor de las raíces, que impide su absorción correcta de los nutrientes. Esto puede provocar un desequilibrio nutricional, una menor producción y una mayor susceptibilidad a enfermedades y plagas.
La sobrefertilización se puede evitar siguiendo las recomendaciones del fabricante del fertilizante, usando un medidor para controlar la dosis y el momento de aplicación, y usando agua base o filtrada para preparar la solución nutritiva. Pero la mejor forma de evitarla es usando compost o abono orgánico para mejorar la calidad del suelo y reducir o prescindir de la necesidad de fertilizantes químicos.

Parámetros importantes a tener en cuenta en el compostaje

Para que el compostaje se realice de forma correcta y eficiente, es necesario controlar algunos parámetros, como la humedad, la temperatura, la aireación y el pH. Estos parámetros influyen en la velocidad y la calidad del compost que se obtiene.

• La humedad debe estar entre el 40% y el 60%, para que los microorganismos puedan realizar su trabajo sin ahogarse ni secarse. Para mantener la humedad adecuada, se puede regar o cubrir el compost con un plástico o una lona.
• La temperatura debe estar entre los 40°C y los 70°C, para que los microorganismos se activen y eliminen los patógenos y las semillas. Para controlar la temperatura, se puede medir con un termómetro o con la mano, y se puede regular removiendo el compost o añadiendo más o menos materiales.
• La aireación es necesaria para que los microorganismos tengan oxígeno y no se produzca una fermentación anaeróbica, que genera malos olores y un compost de baja calidad. Para asegurar una buena aireación, se debe remover el compost cada cierto tiempo, o usar un compostador con orificios o tubos de ventilación.
• El pH debe estar entre 6 y 8, para que los microorganismos puedan vivir y trabajar. Un pH demasiado ácido o demasiado alcalino puede inhibir la actividad microbiana y afectar a la disponibilidad de los nutrientes. Para ajustar el pH, se puede añadir cal o ceniza si es demasiado ácido, o materiales ácidos como hojas de pino o cítricos si es demasiado alcalino.

Fases del proceso de compostaje

El proceso de compostaje se divide en cuatro fases:

• Fase mesófila: Es la primera fase, que dura entre 3 y 15 días. En ella, la temperatura sube hasta los 40°C y los microorganismos mesófilos (que viven en temperaturas moderadas) empiezan a descomponer la materia orgánica más fácil de degradar, como los azúcares, los almidones y las proteínas. En esta fase, se produce una gran cantidad de dióxido de carbono y calor.
• Fase termófila o de higienización: Es la segunda fase, que dura entre 15 y 60 días. En ella, la temperatura sube hasta los 70°C y los microorganismos termófilos (que viven en temperaturas altas) continúan la descomposición de la materia orgánica más resistente, como la celulosa y la lignina. En esta fase, se eliminan los patógenos y las semillas, y se produce una gran cantidad de agua y amoníaco.
• Fase de enfriamiento o mesófila II: Es la tercera fase, que dura entre 60 y 90 días. En ella, la temperatura baja hasta los 40°C y los microorganismos mesófilos vuelven a dominar el proceso. Estos se encargan de degradar los componentes más resistentes de la materia orgánica, como la lignina. En esta fase, se produce la maduración y la estabilización del compost, y se forman los ácidos húmicos y fúlvicos, que son los responsables de la fertilidad del compost. El pH se estabiliza en torno a 7-8, y el compost adquiere un aspecto homogéneo y oscuro.
• Fase de maduración o curado: Es la última fase, que dura entre 90 y 180 días. En ella, la temperatura baja hasta los 30°C y los microorganismos se reducen a un nivel mínimo. En esta fase, se produce el afinado y el secado del compost, y se equilibran los nutrientes y el pH. El compost está listo para su uso cuando tiene un aspecto homogéneo, un olor agradable y una temperatura similar a la ambiental.

Uso y aplicaciones

El compost se puede usar como abono para las plantas, tanto en macetas como en el suelo. El compost aporta nutrientes, mejora la estructura y la calidad del suelo, y favorece el crecimiento de las plantas. El compost se puede aplicar de diferentes formas, según el tipo de planta y el estado del suelo:

• Como mantillo o acolchado: Se trata de cubrir la superficie del suelo con una capa de compost, de unos 5 cm de grosor, para protegerlo de la erosión, la evaporación y las malas hierbas. El compost se va incorporando al suelo poco a poco, por la acción de los microorganismos y las lombrices. Esta forma de aplicación es adecuada para plantas perennes, arbustos y árboles.
• Como enmienda o incorporación: Se trata de mezclar el compost con el suelo, a una profundidad de unos 20 cm, para mejorar su estructura, su capacidad de retención de agua y su fertilidad. El compost se debe aplicar antes de la siembra o el trasplante, y se debe dejar reposar unas semanas para que se integre con el suelo. Esta forma de aplicación es adecuada para plantas anuales, hortalizas y flores.
• Como sustrato o componente: Se trata de usar el compost como parte del sustrato para las plantas en macetas, mezclándolo con otros materiales, como turba, perlita, arena, etc. El compost aporta nutrientes y materia orgánica al sustrato, y mejora su capacidad de retención de agua y aireación. El compost se debe usar en una proporción del 20% al 50% del sustrato, según el tipo de planta y el tamaño de la maceta.